lunes, 21 de marzo de 2011

Los 12 pasos que cambian vidas.




1Admitimos que éramos impotentes ante el  alcohol, que nuestras vidas se habían vuelto ingobernables.
2. Llegamos al convencimiento de que un Poder Superior podrá devolvernos el sano juicio.
3. Decidimos poner nuestras voluntades y nuestras vidas al cuidado de Dios, como nosotros lo concebimos.
4. Sin miedo, hicimos un minucioso inventario moral de nosotros mismos.


5. Admitimos ante Dios, ante nosotros mismos y ante otro ser humano, la naturaleza exacta de nuestros defectos.
6. Estuvimos enteramente dispuestos a dejar que Dios nos liberase de todos estos defectos de carácter.
7. Humildemente le pedimos que nos liberase de nuestros defectos.
8Hicimos una lista de todas aquellas personas a quienes habíamos
Ofendido y estuvimos dispuestos a reparar el daño que les causamos.
9. Reparamos directamente a cuantos nos fue posible el daño causado, excepto cuando el hacerlo implicaba perjuicio para ellos o para otros.
10. Continuamos haciendo nuestro inventario personal y cuando nos equivocábamos lo admitíamos inmediatamente.
11Buscamos, a través de la oración y la meditación, mejorar nuestro contacto consciente con Dios, como nosotros lo concebimos, pidiéndole solamente que nos dejase conocer su voluntad para con nosotros y nos diese la fortaleza para cumplirla.
12. Habiendo obtenido un despertar espiritual como resultado de estos pasos, tratamos de llevar este mensaje a los enfermos y practicar estos principios en todos nuestros asuntos.

domingo, 20 de marzo de 2011

                                    La armadura de Dios

Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza. 
 Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo. 
 Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes. 
 Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes. 
 Estad, pues, firmes, ceñidos vuestros lomos con la verdad, y vestidos con la coraza de justicia,
 y calzados los pies con el apresto del evangelio de la paz.
 Sobre todo, tomad el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno. 
Y tomad el yelmo de la salvación, y 
la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios; 
 orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos; 
 y por mí, a fin de que al abrir mi boca me sea dada palabra para dar a conocer con denuedo el misterio del evangelio, 
 por el cual soy embajador en cadenas; que con denuedo hable de él, como debo hablar.       Efesios 6:10-18